sábado, 1 de mayo de 2010

SANTO CRISTO DE LA HUMANIDAD


Era la noche bella, radiante,
bajo la luz destilaba su figura
suave acompasar mi corazón vertía
al sentir en mi alma que tu ser sufría.
Y se llenaron de lágrimas mis ojos,
al contemplar el dolor en tu mirada,
dulce y celestial Señor de la sanidad
quien anhela de sus hijos la felicidad.
Descubrí la magia de tu ternura
en esos ojos tristes y dolientes,
fue quizás la noche o tu triste mirada
la que dejara mi alma atribulada.
Y me olvidé del dolor al contemplarte
y mi corazón entero a tí pudo amarte
fuiste padre celestial alivio a mi dolor
tornando mi vida de suave color.
¡ Canta jilguero ! Cnta a mi Señor
dale en tu canto dulce lontananza
que las flores emitan su fragancia
y envuelva su ser de amor y fragancia.
Y toqué con mis labios las llagas de su piel
y en silencio le dije ¡ Te soy fiel !
a todos los principios que nacen con su nombre
mi dulce Padre ¡ El Rey del hombre !
Dejaste mi corazón lleno de amor
abriste los caminos hacia otra vida,
fuiste manto de luz, caricia divina
y me envolvío la magia de tu ser.
¡ Santo Cristo de la Sanidad !
Dame fé y confianza en la humanidad
pon en mis manos un rayo de luna
y a mi vida dale un poco de amor.
¡ Y fuiste cual lucero alumbrando mi camino
porque tu luz de amor una noche a mí vino !

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