
Y aquí estoy Señor, buscando la
palabra precisa que me haga sentir que todo está bien, sé que a veces hace
falta tropezar para sentir ese dolor… sé que no soy perfecta, que mi vida no ha
sido perfecta… que he reído en los momentos felices pero también que he vertido
lágrimas de tristeza por las injusticias de la vida cotidiana… y se hace
presente la soledad de mi alma… y se hace presente esa infinita sed de saber que
la vida… mi vida, está llena de amor… de alegría… y más que nunca quisiera
tener esa escalera hasta el cielo para subir y envolverme en los brazos de mi
padre… que el suave palpitar de su corazón me llene de paz… de confianza… de
fuerza y sobre todo que me haga sentir que mi camino es correcto… y más que nunca extraño sus momentos… y más
que nunca quisiera la paz de mi alma… no soy más que una mujer que lleva dentro
de su ser el anhelo de vivir… de dar… una mujer que sabe del dolor… que ha
sufrido pérdidas y decepciones que le hacen derramar lágrimas de melancolía…
solo una mujer que se envuelve en una coraza pero que tiembla ante los embates
que la vida misma da… hoy de hinojos ante ti, te pido… te imploro un poco de
paz… un poco de olvido… y un poco de fortaleza para poder decir que nada me
afecta… que nada me perturba… y que quiero continuar caminando con firmeza en
ese sendero por el que me guías día a día… hay momentos como este que quisiera
cerrar mis ojos y no sentir el cansancio…
no sentir pesar… es triste saber que cada paso dado… cada momento dado se
vuelva nada. Padre Bueno… llena mi ser
de amor… de más amor para dar… enséñame a amar… a dar… enséñame de qué manera
caminar sin que nada me afecte… enséñame a ser mejor persona… solo soy una mujer Señor… solo una mujer a quien tomas en tus brazos en los momentos
tristes como hoy… bendito seas… Amén.